En un país en el que los almuerzos son asuntos de manteles blancos que duran horas, el sándwich ha sido relegado al menú de bocadillos. Liberados de las limitaciones de una comida principal, los sándwiches en España han evolucionado a muchas formas. ¡Nunca deja de sorprenderme lo que aquí se abofetea o se unta entre dos trozos de pan!
Desde las partes raras del cerdo hasta el hígado de pato gourmet, los sándwiches en España son siempre una aventura. Y esa aventura a menudo comienza con el menú. Hay más de media docena de palabras diferentes para «sándwich» en español, dependiendo del tamaño y estilo de pan que se utilice. Aquí están algunas de las más comunes:
- Montadito: un pequeño sándwich de dos mordidas en una baguette itsy bitsy.
- Pulga o Pulgita: sólo un poco más grande que un montadito y normalmente se sirve como tapa en los bares.
- Bocadillo: Un sándwich hecho con pan «de verdad», como baguettes o panes rústicos. A veces también se les llama «bocatas».
- Montado: La mitad de un bocadillo, generalmente más grande que una pulga o un montadito.
- Sándwich: (se pronuncia san-WEECH): Cualquier sándwich hecho con pan de molde, o pan de un molde. Este es el pan de molde de forma cuadrada que se compra en el supermercado.
No importa el tamaño, los siguientes sándwiches españoles me sorprenden cada vez que los veo. Olvídate de mi niñez, en España el sándwich es una nueva bestia…
1. El Bocadillo de Morcilla